Amor o Elección

Era una mañana tranquila en París del siglo XIX, todos los ciudadanos estaban ocupados haciendo lo que les tocaba a cada uno y la ciudad era formalmente activa por el buen día que hacía, los nobles salían a dar paseos. Los burgueses desayunaban fuera o cotilleaban en la prensa mientras que los de la clase baja, seguían su rutina de trabajo y esfuerzo. Okimy estaba sentada leyendo un libro tranquilamente en el jardín de su casa mientras tenía su gato en su regazo profundamente dormido y el té con los pasteles en la mesita que hacía un perfecto contraste con su vestido. El jardín parecía bastante tranquilo y soleado y era el lugar ideal para que ella leyese sus libros sin que nadie le molestara. Le hubiera gustado ir al parque de los cisnes, pero conocía el carácter de su padre y sabía que jamás la dejaría salir sola. Pero aún así parecía disfrutar de su tranquila tarde leyendo.

Qué buen día hace..Mignon

Su padre la vió en el jardin y se acercó hacia ella sentandose en frente, iba con un traje de color gris oscuro y una coleta baja caia elegantemente por su hombro derecho. Él la observo unos segundos.

Esta noche vendrá a cenar un amigo mio con su hijo, esta muy interesado en ti Okimy.

Forzó una sonrisa esperando la respuesta de su joven hija mientras su alrededor los pajaros piaban alegremente ajenos a lo que acabaria sucediendo minutos despues.

Se que te aviso con poco tiempo... pero queria que fueras haciendote la idea de que estas ya en la edad perfecta para el matrimonio.

Ella dejó el libro en la mesa con cuidado, rozándolo levemente con los dedos y asimiló lo que acababa de decir su padre. Desde hace muchos años, desde que era joven temía que llegara este día y hoy había llegado. Si su padre le había pedido que se casara, no podría negarse, esta era la casa de sus padres y ella no podía depender de ellos siempre, en aquella sociedad donde la mujer tan solo era algo secundario, debía encontrar un hombre que la mantuviera, y tener sus propios hijos posteriormente, por que así de injusto era el mundo. No podía negar ninguna petición de sus padres...
Sin embargo muy profundamente, deseaba encontrar a aquella persona que ella deseaba, esa persona con la que soñaba cada noche y que durante el día leía aquellos libros de romance pensando en él. El ángel caído del cual ella estaba enamorada, y que esperaba que algún día vendría a verla y la llevaría a un lugar lejano, donde podrían disfrutar su vida juntos. Pero sabía que era un sueño en vano, ese ángel nunca vendría ni iba a ser capaz de elegir la persona con quien casarse, debía aceptar todas las normas y condiciones que le ponían sin rechistar. Aún así se acerco a su padre intentando aparentar feliz y tranquila mirándole a los ojos respondiendole.

Spoiler:

¿Matrimonio?...¿Ese hombre vendrá hoy debo suponer?

Suspiró algo desanimada pensando que sería el día que conocería a la persona que probablemente la quería para casar. Solo esperaba que esa persona sería como el hombre que ella anhelaba o al menos se le acercara. Era su único deseo.

De acuerdo padre...iré a prepararme...

Con una sonrisa tierna pero algo forzada por la tristeza que le invadía se alejó a su habitación para vestirse, poniéndose un vestido de color azul oscuro y el pelo recogido en un moño, mientras se ponía sus zapatos y se quedaba sentada enfrente del espejo mirándose y preguntándose como iba a ser su vida, después de que viniera aquel señor.

Se quedó sentado en el asiento mirando a la nada, con el cuerpo levemente inclinado hacia adelante suspirando.

Me pregunto si ella será feliz con esto...
Repetia para si mismo una y otra vez. Lo único que queria era la felicidad de su hija y el bienestar de su familia, y, socialmente y economicamente era lo que mejor podria venirles, a costa de la felicidad de su hija.

Todas esas dudas corrian por la cabeza de Yu Kanda, algo inquieto observó su reloj de mano. Las 12:45, se levantó rapidamente y entró en casa buscando a su esposa, atravesando la sala de estar donde la chimenea permanecia apagada dejando un leve olor a madera quemada de haber estado encendida durante la noche.
Las paredes empapeladas con un color verde oliva que recordaba a los primeros brotes de hierba primaveral, los sillones con estampados florales y los muebles de un estilo rococó en madera de haya oscura, con cortinas de seda roja y cortinajes a juego, con abundantes fotografias en blanco y negro y color sepia de la pareja y seguidamente cada uno de los hijos que fueron llegando a la familia en marcos de plata..
Habia un enorme cuadro en el centro de la sala, donde mas destacaba, un cuadro familiar, de 240 X 160 cm en el que salian los padres de Okimy con sus mejores trajes. Yu vestia un traje negro, con botones por el pecho y un pañuelo rojo atado al cuello, con la misma coleta baja cayendole elegantemente sobre el hombro, con guantes blancos y una de las manos apoyado en el hombro de su esposa, que estaba sentada con un precioso vestido verde claro y un recogido.
Dentro estaba su esposa sentada leyendo tranquilamente cerca de la ventana que daba al jardin.

Nastya, esta noche vendran los Bouvier a cenar con su primogénito, lo más seguro es que quiera pedir la mano de nuestra hija Okimy.

Pasó una mano nerviosa hacia su camisa alisandosela diriguiendo una mirada rapida a su esposa. Queriendo saber que opinaba ella sobre lo que sucederia en la cena.